Atacada en mi casa...
Llevaba un día de perros, el trabajo había sido un caos y
solo deseaba llegar a casa pegarme una ducha y acostarme, cerrar los ojos e
imaginar que aquel día no había sucedido, problemas con los compañeros,
problemas con el jefe, problemas con mi hermano… lo dicho un día de perros.
Tarde en aparcar una eternidad, baje del coche, me apresure
hasta el portal, subí las escaleras a
oscuras, rebusque en mi bolso las llaves y atine a abrir la puerta. A la vez
que traspasaba el umbral de la puerta intente encender la luz, pero no
funcionaba, era el colmo ¿podía pasarme algo más? Me dispuse bastante enfadada
a cruzar el pasillo y a averiguar que sucedía
De repente alguien me agarro con un brazo mi cuello y con la
otra mano mi boca. El terror que sentí esos instantes fue indescriptible, mis
piernas tambaleaban como varas verdes , y tan solo un siseo indicaba que debía
guardar silencio
El miedo no
me dejo reaccionar
me quede quieta,
casi paralizada y
por un momento
pensé que mi
vida terminaría en ese momento;
por un momento
la sensación y
tacto de esa mano
en mi cara
era agradable era
suave, no sé
porque pensaba eso,
pero me ayudo
a calmar un
poco el miedo.
Aun estaba detrás
de mí, su
olor empezó a
inundar el ambiente
era un aroma
varonil , suave, dulce y
muy rico, tomo
mis manos por
las muñecas yo
empezaba a temblar
nuevamente del miedo
que me producía
el sentirme indefensa,
se acerco a mi hombro
y susurro en
mi oído con
una voz entre
dulce y a
la vez cruel
que al escucharla
me producía más escalofríos
y mi cuerpo
se erizaba no
sabía si de
miedo o de
excitación pues su aroma y su voz me agradaban.
- - No
digas nada, y no te muevas si yo
no te lo pido, si lo haces
no tendré compasión
por ti…….
El miedo aun
me tenia presa
y ante tal
amenaza no diría
nada, empezaba a
temblar y nuevamente
escuche aquella dulce
y cruel decime:
- Me encanta
tu piel erizada
y como tiemblas
de miedo……
- Te diré
las reglas del
juego si quieres
sobre vivir las
has de seguir al
pie de la
letra.
- Solo las
diré una vez
así que pon
atención, se que
eres muy inteligente
y lo harás
Esas palabras me
dejaron mas perpleja
aun, hablaba como si me
conociera, mientras escuchaba sentía
su nariz rozar
suavemente mi oreja
por espacios, sentía
su respiración era
profunda, solo pensaba en
identificar aquella voz y esa
aroma que comenzaban
a grabarse en
mi mente como
insignia de que
mi vida cambiaria
de ahora en adelante;
mientras tanto prosiguió
con sus instrucciones.
- La primer
palabra que logres
pronunciar la llamaremos
tu palabra de
seguridad.
- Así que
piensa bien que
dirás, esa palabra
será la diferencia
entre placer y
dolor.
- Desde esta
noche serás de
mi propiedad obedecerás
todas mis ordenes.
Y tu vida
estará a salvo
desde ahora eres
mía.
El miedo y
mi sentido de
supervivencia actuaron y
grite
- No me
hagas daño!
Tapo rápidamente mi
boca, tornándose su
voz severa y
cruel:
- ¿A caso
no escuchaste mi
orden?
- Tendré que
castigarte por desobedecerme, yo
no lo quería
- Hoy te voy
a enseñar a obedecer
Me agarró el brazo con mucha dureza, mi cabeza daba vueltas
y casi no pude resistirme, me dirigió a mi habitación, conocía muy bien mi
casa, ya que su dirección fue perfecta, pero yo en cambio por la falta de luz y
su insistencia me di varios golpes en mis piernas.
Al llegar a la habitación
me arrojó al suelo, me dio una
sonora bofetada y me giro para atarme las manos a la espalda, rompió mi camisa
y descubrió tras el sujetador mis pechos
erguidos. Note que mirarme en esa
posición le excitaba sobremanera. Desató mi pantalón y me deshizo de mis
bragas, las olió y me las metió en la boca.
Volvió a girarme y me colocó boca abajo sobre sus piernas
dobladas y me nalgueó muy fuerte, de seguro sus grandes manos quedaron marcadas
a fuego en mi blanca piel. No pude reprimir mi dolor y gemí por ello.
- Creo que no
lo has entendido no quiero oírte hablar ni emitir sonido alguno, mis castigos
pueden ser más severos he venido con la intención de enseñarte a sentir placer,
y de hacerte pasar una noche inolvidable, pero de ti depende que sea más severo
o más benevolente, que sea un placer o
un infierno. Si no te portas bien te dolerá y mucho.
- Recuerda no
debes hablar y si algo te pregunto bastara que indiques si o no con la cabeza
- ¿esta
claro, zorra?
Solo pude asentir recordando sus claras instrucciones.
Cuando paro de azotarme, separao mis piernas y por detrás consiguió acceder a
mi sexo.
- Muy bien
zorrita , ummm me gusta esta húmedo y no
parece muy abierto aunque habrá que raparlo antes de que puedas sentir mi verga
en tus entrañas.
Tras trastear con sus dedos en mi interior, retrocedió
buscando otro agujero, pero al intentar invadirlo mis músculos se contrajeron
de forma involuntaria y su otra mano que se encontraba acariciando mis nalgas,
me golpeo sin piedad 3 veces en mi trasero. Seguidamente volvió a intentar
introducirme un dedo en mi ano esta vez con más brusquedad, aunque esta vez no impedí que entrar , digamos que el agujero era
demasiado pequeño y no entraba con la facilidad que él habría programado.
- ¿Aun eres
virgen analmente?
Tan solo con la cabeza asentí repetidamente. Con la
consecuente risa y burla por su parte
- No me lo puedo
creer, voy a ser yo quien te desvirgue, no te asustes quizás te moleste al
principio pero te gustará. Recuerda no moverte, y estate tranquila , cuanto más
relajada te encuentres menos será el dolor que sientas- Bien, empecemos
Colocó una pinza que apretaba fuerte mi clítoris, me dolía
pero era un dolor soportable, me aseguró que ese dolor me evitaría centrarme en
lo que iba a hacer en mi culo. Sus palabras me ruborizaban y el silencio en mi
interior se marcaba en mi mente como un tatuaje.
- ¿estas
incomoda atada?
- ¿Si? Te
desataré pero has de prometerme obedecer y colaborar-
Prefería asentir e intentar colaborar, que estar indefensa
ante sus perversas acciones.
- Ponte a
cuatro patas, voy a trabajarte antes de … ya sabes follarte todo el culo.
Me sentía muy avergonzada por la situación, la posición, la
humillación…y comencé a llorar en silencio.
Él se puso un guante de látex, con bastante delicadeza me untó con
lubricante y comenzó a meterme un dedo, despacio y poco trozo, lo metía lo
sacaba y lo movía en círculos apretando mi esfínter y agrandando mis paredes,
yo cerraba los ojos y me concentraba en relajarme.
- Ves como no
te duele demasiado, solo debes portarte bien y yo haré lo mismo.
- Ahora voy a
meter dos dedos.
Negué con la cabeza no quería seguir, solo quería
despertarme y que aquello solo fuera un sueño.
Él desoyó mis suplicas y continuó metiendo dos dedos en mi interior,
tras unos pocos movimientos saco los dedos de mi, y me los acercó a mi cara.
- ¿Qué es
esto?
- Es tuyo
chúpalo, te niegas, estas segura de que no lo chupas.
- Bien
entonces tendré que ponerte un enema para que no vuelva a ocurrir, me da igual
que no quieras, haberlo pensado antes.
Tras mucho rato a mi lado se levanto y fue a la cocina no
sin antes indicarme que no me moviera hasta que no volviese. Tardo poco y
regresó con una botella de agua, una goma y un cubo y un embudo, la imagen de lo que se suponía me iba ha
hacer me atormentaba, y me revolvía el estómago.
- Voy a
meterte esta agua poco a poco, te sentirás llena, tienes mi permiso para que en
ese momento te levantes al baño y puedas
evacuar.
Metió la goma en mi
culo poniendo el cubo bajo mis
piernas y dejo caer agua por la goma, el
agua estaba templada y aunque me
resultaba incomodo, no fue doloroso, tal y como dijo comencé a sentirme llena,
le mire me retiro la goma y me levanté al servicio. Para mi desgracia él fue
detrás de mi y se puso justo delante, impidiéndome estar tranquila.
- Límpiate y levanta o lo hago yo.
Me apresure a terminar y me levanté de mala gana, y pase
frente a él, y recibí una bofetada seca
en mi cara, como castigo a mi desaire.
Me condujó de nuevo a la habitación, y me ordeno que me
pusiera a cuatro patas, su actitud había cambiado.
- Si no
quieres que te trate bien lo haremos de otro modo.
Volvió a colocarse un guate repitió la lubricación de mi
culo e introdujo esta vez tres dedos de golpe.
- Estas
lista.
Bajó su pantalón y acerco su dura verga a mi, en ese momento
no puedo negar que me encontraba
excitada. Para mi asombro su verga no se introdujo en mi ano, sino en mi
coñito mojado, embistiendo con celeridad.
- Si hubiera
sabido que estabas tan prieta, hubiera hecho esto hace mucho tiempo.
Tras conseguir que tuviera un orgasmo retiró su polla y esta
vez si la metió despacio en mi culo, no pude reprimir un nuevo grito, pero no
tuvo consecuencias solo dijo.
- Chilla lo
que quieras mientras sea por una mezcla
de dolor y placer.
Esto fue un alivio para mi, escupí las bragas que tenía aun
en la boca, y comencé a sentir, tal y como había dicho una mezcla de placer y
dolor que me tenía extasiada, poco antes de correrse saco su verga y me la
metió en la boca follándome con fuerza hasta que se vino en una explosión, que
inundó mi boca de su leche, ya no me sentía forzada más bien estaba disfrutando
como una perra, y él lo noto.
Cuando termine de chuparle se levantó se vistió y se fue no
sin antes decirme
- Estoy
satisfecho contigo, zorra.
- No lo
olvides, eres mía y haré esto o lo que
quiera cuando y como quiera, ahora duerme
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