martes, 24 de julio de 2012

Atacada en mi casa


Atacada en mi casa...

Llevaba un día de perros, el trabajo había sido un caos y solo deseaba llegar a casa pegarme una ducha y acostarme, cerrar los ojos e imaginar que aquel día no había sucedido, problemas con los compañeros, problemas con el jefe, problemas con mi hermano… lo dicho un día de perros.
Tarde en aparcar una eternidad, baje del coche, me apresure hasta el portal,  subí las escaleras a oscuras, rebusque en mi bolso las llaves y atine a abrir la puerta. A la vez que traspasaba el umbral de la puerta intente encender la luz, pero no funcionaba, era el colmo ¿podía pasarme algo más? Me dispuse bastante enfadada a cruzar el pasillo y a averiguar que sucedía
De repente alguien me agarro con un brazo mi cuello y con la otra mano mi boca. El terror que sentí esos instantes fue indescriptible, mis piernas tambaleaban como varas verdes , y tan solo un siseo indicaba que debía guardar silencio
El  miedo  no  me  dejo  reaccionar  me  quede  quieta,  casi  paralizada  y  por  un  momento  pensé  que  mi  vida  terminaría  en  ese  momento;  por  un  momento  la  sensación  y  tacto  de  esa mano   en  mi  cara  era  agradable  era  suave,  no    porque  pensaba  eso,  pero  me  ayudo  a  calmar  un  poco  el  miedo.  Aun  estaba  detrás  de  mí,  su  olor  empezó  a  inundar  el  ambiente  era  un  aroma  varonil , suave,  dulce  y  muy  rico,  tomo  mis  manos  por  las  muñecas  yo  empezaba  a  temblar  nuevamente  del  miedo  que  me  producía  el  sentirme  indefensa,  se  acerco  a  mi  hombro  y  susurro  en  mi  oído  con  una  voz  entre  dulce  y  a  la  vez  cruel  que  al  escucharla  me producía  más  escalofríos    y  mi  cuerpo  se  erizaba  no  sabía  si  de  miedo  o  de  excitación  pues  su aroma y su voz me agradaban.
-       -    No  digas  nada, y no te muevas si yo no te lo pido, si  lo  haces  no  tendré  compasión  por  ti…….

El  miedo  aun  me  tenia  presa  y  ante  tal  amenaza  no  diría  nada,  empezaba  a  temblar  y  nuevamente  escuche  aquella  dulce  y  cruel  decime:
-          Me  encanta  tu  piel  erizada  y  como  tiemblas  de  miedo……
-          Te  diré  las  reglas  del  juego  si  quieres  sobre  vivir  las  has  de  seguir al  pie  de  la  letra.
-          Solo  las  diré  una  vez  así  que  pon  atención,  se  que  eres  muy  inteligente  y  lo  harás             

Esas  palabras  me  dejaron  mas  perpleja  aun,  hablaba como si me conociera, mientras  escuchaba  sentía  su  nariz  rozar  suavemente  mi  oreja  por  espacios,  sentía  su  respiración  era  profunda,  solo  pensaba  en  identificar  aquella  voz  y  esa  aroma  que  comenzaban  a  grabarse  en  mi  mente  como  insignia  de  que  mi  vida  cambiaria  de  ahora en  adelante;  mientras  tanto  prosiguió  con  sus  instrucciones.
-          La  primer  palabra  que  logres  pronunciar  la  llamaremos  tu  palabra  de  seguridad.
-          Así  que  piensa  bien  que  dirás,  esa  palabra  será  la  diferencia  entre  placer  y  dolor.
-          Desde  esta  noche  serás  de  mi  propiedad  obedecerás  todas  mis  ordenes.  Y  tu  vida  estará  a  salvo  desde  ahora  eres  mía.

El  miedo  y  mi  sentido  de  supervivencia  actuaron  y  grite
-          No  me  hagas  daño!
Tapo  rápidamente  mi  boca,  tornándose  su  voz  severa  y  cruel:
-          ¿A  caso  no  escuchaste  mi  orden?
-          Tendré  que  castigarte  por  desobedecerme,  yo  no  lo  quería
-          Hoy te voy a enseñar a obedecer

Me agarró el brazo con mucha dureza, mi cabeza daba vueltas y casi no pude resistirme, me dirigió a mi habitación, conocía muy bien mi casa, ya que su dirección fue perfecta, pero yo en cambio por la falta de luz y su insistencia me di varios golpes en mis piernas.
Al llegar a la habitación  me arrojó al suelo,  me dio una sonora bofetada y me giro para atarme las manos a la espalda, rompió mi camisa y descubrió  tras el sujetador mis pechos erguidos. Note que  mirarme en esa posición le excitaba sobremanera. Desató mi pantalón y me deshizo de mis bragas, las olió y me las metió en la boca.
Volvió a girarme y me colocó boca abajo sobre sus piernas dobladas y me nalgueó muy fuerte, de seguro sus grandes manos quedaron marcadas a fuego en mi blanca piel. No pude reprimir mi dolor y gemí por ello.
-          Creo que no lo has entendido no quiero oírte hablar ni emitir sonido alguno, mis castigos pueden ser más severos he venido con la intención de enseñarte a sentir placer, y de hacerte pasar una noche inolvidable, pero de ti depende que sea más severo o  más benevolente, que sea un placer o un infierno. Si no te portas bien te dolerá y mucho.
-          Recuerda no debes hablar y si algo te pregunto bastara que indiques si o no con la cabeza
-          ¿esta claro, zorra?

Solo pude asentir recordando sus claras instrucciones. Cuando paro de azotarme, separao mis piernas y por detrás consiguió acceder a mi sexo.
-          Muy bien zorrita , ummm me gusta esta húmedo  y no parece muy abierto aunque habrá que raparlo antes de que puedas sentir mi verga en tus entrañas.

Tras trastear con sus dedos en mi interior, retrocedió buscando otro agujero, pero al intentar invadirlo mis músculos se contrajeron de forma involuntaria y su otra mano que se encontraba acariciando mis nalgas, me golpeo sin piedad 3 veces en mi trasero. Seguidamente volvió a intentar introducirme un dedo en mi ano esta vez con más brusquedad,  aunque esta vez no impedí  que entrar , digamos que el agujero era demasiado pequeño y no entraba con la facilidad que él habría programado.
-          ¿Aun eres virgen analmente?

Tan solo con la cabeza asentí repetidamente. Con la consecuente risa y burla por su parte
-      No me lo puedo creer, voy a ser yo quien te desvirgue, no te asustes quizás te moleste al principio pero te gustará. Recuerda no moverte, y estate tranquila , cuanto más relajada te encuentres menos será el dolor que sientas- Bien,  empecemos

Colocó una pinza que apretaba fuerte mi clítoris, me dolía pero era un dolor soportable, me aseguró que ese dolor me evitaría centrarme en lo que iba a hacer en mi culo. Sus palabras me ruborizaban y el silencio en mi interior se marcaba en mi mente como un tatuaje.
-          ¿estas incomoda atada?
-          ¿Si? Te desataré pero has de prometerme obedecer y colaborar-

Prefería asentir e intentar colaborar, que estar indefensa ante sus perversas acciones.
-          Ponte a cuatro patas, voy a trabajarte antes de … ya sabes follarte todo el culo.
Me sentía muy avergonzada por la situación, la posición, la humillación…y comencé a llorar en silencio.
Él se puso un guante de látex,  con bastante delicadeza me untó con lubricante y comenzó a meterme un dedo, despacio y poco trozo, lo metía lo sacaba y lo movía en círculos apretando mi esfínter y agrandando mis paredes, yo cerraba los ojos y me concentraba en relajarme.
-          Ves como no te duele demasiado, solo debes portarte bien y yo haré lo mismo.
-          Ahora voy a meter dos dedos.

Negué con la cabeza no quería seguir, solo quería despertarme y que aquello solo fuera un sueño.  Él desoyó mis suplicas y continuó metiendo dos dedos en mi interior, tras unos pocos movimientos saco los dedos de mi, y me los acercó a mi cara.
-          ¿Qué es esto?
-          Es tuyo chúpalo, te niegas, estas segura de que no lo chupas.
-          Bien entonces tendré que ponerte un enema para que no vuelva a ocurrir, me da igual que no quieras, haberlo pensado antes.

Tras mucho rato a mi lado se levanto y fue a la cocina no sin antes indicarme que no me moviera hasta que no volviese. Tardo poco y regresó con una botella de agua, una goma y un cubo y un embudo,  la imagen de lo que se suponía me iba ha hacer me atormentaba, y me revolvía el estómago.
-          Voy a meterte esta agua poco a poco, te sentirás llena, tienes mi permiso para que en ese momento te levantes al  baño y puedas evacuar.

Metió  la goma en mi culo  poniendo el cubo bajo mis piernas  y dejo caer agua por la goma, el agua estaba templada y aunque  me resultaba incomodo, no fue doloroso, tal y como dijo comencé a sentirme llena, le mire me retiro la goma y me levanté al servicio. Para mi desgracia él fue detrás de mi y se puso justo delante, impidiéndome estar tranquila.
-          Límpiate y levanta  o lo hago yo.

Me apresure a terminar y me levanté de mala gana, y pase frente  a él, y recibí una bofetada seca en mi cara, como castigo a mi desaire.
Me condujó de nuevo a la habitación, y me ordeno que me pusiera a cuatro patas, su actitud había cambiado.
-          Si no quieres que te trate bien lo haremos de otro modo.

Volvió a colocarse un guate repitió la lubricación de mi culo e introdujo esta vez tres dedos de golpe.
-          Estas lista.

Bajó su pantalón y acerco su dura verga a mi, en ese momento no puedo negar que me encontraba  excitada. Para mi asombro su verga no se introdujo en mi ano, sino en mi coñito mojado, embistiendo con celeridad.
-          Si hubiera sabido que estabas tan prieta, hubiera hecho esto hace mucho tiempo.

Tras conseguir que tuviera un orgasmo retiró su polla y esta vez si la metió despacio en mi culo, no pude reprimir un nuevo grito, pero no tuvo consecuencias solo dijo.
-          Chilla lo que quieras mientras sea por una  mezcla de dolor y placer.

Esto fue un alivio para mi, escupí las bragas que tenía aun en la boca, y comencé a sentir, tal y como había dicho una mezcla de placer y dolor que me tenía extasiada, poco antes de correrse saco su verga y me la metió en la boca follándome con fuerza hasta que se vino en una explosión, que inundó mi boca de su leche, ya no me sentía forzada más bien estaba disfrutando como una perra, y él lo noto.
Cuando termine de chuparle se levantó se vistió y se fue no sin antes decirme
-          Estoy satisfecho contigo, zorra.
-          No lo olvides,  eres mía y haré esto o lo que quiera cuando y como quiera, ahora duerme

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